Relaciones afectivas

Relaciones afectivas

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Dificultades en las relaciones afectivas

Somos animales sociales y, por tanto, relacionarnos con los demás suele aportarnos los momentos que sentimos como felicidad plena. No obstante, las relaciones a veces también se convierten en un foco de malestar.  Si es tu caso, es posible que sientas que tienes problemas para construir relaciones afectivas sanas, bien porque te hacen daño, porque haces daño, o porque ambas personas acabáis lastimadas.

Quizá sientas que te cuesta confiar en la otra persona, o que te sobrevenga un miedo intenso cuando una relación comienza a ser más íntima, que incluso eso te lleve a distanciarte o romper el contacto.

Puede que tu preocupación sea la contraria, que tengas un aferro muy fuerte con alguien y esto te agobie porque sientas que hayas perdido tu individualidad, tus proyectos y el resto de tu vida social. Quizá te gustaría aprender a vivir la relación de otra manera porque realmente no quieres perder a esa persona, pero tampoco perderte a ti.

También puede darse el caso en el que valores que ya no te está haciendo feliz, pero sientas que no puedes renunciar a esa relación a pesar de las consecuencias negativas.

Por otro lado, también ocurre que algunas personas no se sienten comprendidas o valoradas, y eso les lleva a malentendidos y conflictos, o quizá a resignarse y vivir para los demás por la sensación de no tener el derecho a pedir más, apagando su espíritu propio poco a poco.

Cómo abordar en terapia las dificultades en las relaciones afectivas

Estas situaciones ocurren en la construcción de los vínculos, que pueden ser relaciones sentimentales, ya que suelen tener un componente de intimidad grande, pero también relaciones de amistad, familiares y, en general, del entorno con el que convivimos habitualmente.

El ambiente con el que hemos crecido en casa y las experiencias que hemos ido viviendo afectan a nuestro modo de relacionarnos. Dependiendo de cómo estas hayan sido, hemos podido desarrollar determinados mecanismos de defensa que hoy en día, paradójicamente, nos hacen sentir más vulnerables a la hora de vincularnos.

Tanto en terapia individual, como en terapia de pareja, se pueden explorar cuáles son tus modos de relacionarte y trabajar desde el autoconocimiento para vincularte de una manera sana con los demás al mismo tiempo que se potencia el amor propio.

«El amor solo es posible cuando dos personas se comunican entre sí desde el centro de sus existencias.»
Erich Fromm

Dudas frecuentes sobre Relaciones afectivas

El apego es una necesidad biológica que todos los seres humanos compartimos junto al resto de animales mamíferos (sí, tu gato o tu perro se víncula contigo a través del vínculo de apego que hayáis co-creado).

Esta tendencia natural para vincularnos con otros seres a través del amor es un mecanismo de las especies para sobrevivir, ya que en nuestro ADN está grabado que estrechando lazos afectivos y cooperando, nuestras probabilidades de supervivencia son mayores. 

En los seres humanos, esta tendencia se manifiesta por primera vez con las figuras de apego primarias, que suelen ser la madre y el padre, pero que también podrían ser otras como una abuela o aquella persona que haya cuidado del bebé en sus primeros meses de vida. 

Según como sea este primer o primeros vínculos de apego, iremos desarrollando una tendencia a relacionarnos de diferentes formas no solo con nuestras figuras primarias, sino también con nuestras parejas y amistades.

Según los teóricos del apego, existen dos grandes categorías para agrupar las distintas formas para relacionarnos con los demás:

  1. El apego seguro, que supone el modo más saludable de vinculación, ya que está basado en la seguridad, la autonomía, la confianza y el disfrute de la intimidad.
  2. El apego inseguro, que conlleva ciertos temores e inseguridades, basadas en el temor a la dependencia (que dependan o depender), el temor a la intimidad, el temor al abandono, etc. Dentro del apego inseguro, a grandes rasgos, se conocen tres subtipos:
    1. El apego inseguro-evitativo
    2. El apego inseguro-ansioso
    3. El apego desorganizado

 

¡Importante! Hoy en día este aspecto del desarrollo humano se ha puesto de moda a la hora de divulgarse y en ocasiones podemos malentender ciertos aspectos del mismo o encasillarnos en etiquetas que nos ponen más obstáculos que beneficios. A través de un proceso terapéutico podemos indagar de forma profesional en cómo ha sido tu experiencia de apego y cómo esta se manifiesta a día de hoy en tus relaciones afectivas.

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